viernes, 12 de febrero de 2010

FABADA DIVORCIADA EN TRES MINUTOS

Hola, en mi primera incursión en este blog os voy a deleitar con uno de las recetas más socorridas de la historia estudiantil. Esta plato se creó, en principio, para cocinar en viviendas unihabitadas, es decir, con un único inquilino, a poder ser trabajador a jornada continua y almuerzo habitual en franja horaria de 15.20 h. a 16.20 h.. Naturalmente la vivienda carece de asistenta.

Bien, una vez bajado del vehículo de transporte, atenazado por esa necesidad de cubrir el cupo de azúcares en tu organismo, con el estómago contraido a la espera de estimularlo mediante una aportación energética, hay que espabilarse.
En llegando a casa y atravesando la puerta hay que tener movimientos rápidos y precisos. Con el abrigo puesto dirigirse lo primero a la cocina.
De los diferentes modos de preparación de la fabada (baño maría, microondas, calentar a fuego lento) me inclino por el último. Buscamos un cazo mediano y lo ponemos al fuego (baja intensidad), vertemos el contenido con ayuda de una cuchara de madera y lo dejamos calentar. Es el momento de quitarnos el abrigo, ponernos un mandil, por si es caso, colocar el mantel, cubiertos, vaso y bebida (Ah!, también puedes ir encendiendo la tele). De vuelta a la cocina ya está casi todo hecho. Coger un plato y verter todo el contenido del cazo (ojo, es plato único). Antes de empezar limpiar esa salivilla de los labios (producto de la ansiedad) y listo, a comer. Lo dicho, tres minutos.

P.D. Por experiencia os aconsejo que de todas las marcas del mercado os quedeis con Fabada Litoral, buen sabor, lata abrefácil (rapidez, claro), y si teneis suerte a veces viene con 80 gramos extra de regalo!!

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